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Ocho científicos argentinos serán premiados porque son los que más trabajos publicaron durante los últimos diez años y los más citados por investigadores de todo el mundo. Recibirán el premio Scopus 2007, una iniciativa de una editorial de publicaciones especializadas, con sede central en Holanda, en colaboración con la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Los galardonados serán Alejandro Arvía, Alberto Boveris, Daniel Cardinali, María Teresa Dova, Sergio Idelsohn, José María Paruelo, Angel Plastino y Patricia Tissera. La mayoría se formó y enseña (o enseñó) en universidades públicas e investiga en institutos del Conicet.
Es la primera vez que se da el premio en la Argentina. “Siento que seré premiado por una máquina”, dijo ayer a Clarín el profesor emérito de la UBA, Alberto Boveris. Es que el premio surge a partir de sumar la cantidad de trabajos que están registrados en la base de datos Scopus de la editorial Elsevier.
“Los premiados son los científicos que más publicaron y que tuvieron mayor impacto”, afirmó Hugo Levato, coordinador de la biblioteca digital de la SECYT. En el caso de las investigadoras, se reconoció especialmente que consiguieron mucho si se considera su corta edad.
Una de ellas, Patricia Tissera, tiene 40 años y 2 hijos. Estudió astronomía en la Universidad Nacional de Córdoba y se desvive por revelar cómo se forman las galaxias del Universo. “Mi contribución es el desarrollo de modelos numéricos que permiten estudiar la evolución química del Universo”, contó ayer. Le preocupa que los vaivenes de la ciencia argentina no le garanticen una continuidad de fondos para investigar.
La otra científica es Teresa Dova, de 48, quien estudió física, enseña en la Universidad Nacional de La Plata y a veces se despierta por las noches preguntando por qué tanta locura por investigar.
“Todos los logros me costaron muchísimo, pero cuando veo a mis estudiantes tratando de explicar la naturaleza en sus condiciones extremas, soy muy feliz”. Dova investiga en partículas y sus interacciones con experimentos en Suiza, y en el observatorio de rayos cósmicos de Mendoza.
Los otros investigadores que se premiarán sobresalen en otros campos. José Paruelo es ingeniero agrónomo y se ocupó -entre otros temas- de medir el valor económico de los servicios de los ecosistemas naturales (como un pastizal o un bosque) a los seres humanos. “Soy un producto de la educación pública“, destacó.
Cardinali -quien estudió en la Universidad del Salvador- se dedicó desde 1963 en adelante a entender para qué sirve la melatonina. Hoy se sabe que la produce el propio cuerpo pero que se va reduciendo a medida que se envejece. Está vinculada con la inducción del sueño. “Siempre busqué empujar la frontera del conocimiento y formar nuevos discípulos que me han superado en impacto. Por lo cual, estoy hecho”.
Para Angel Plastino, profesor emérito de la Universidad Nacional de La Plata, “la imaginación es la herramienta más poderosa que tienen los científicos”. Este físico ya tiene más de 400 publicaciones sobre mecánica cuántica desde el punto de vista de la teoría de la información, entre otras temáticas.
Sergio Idelsohn, de la Universidad Nacional del Litoral, se dedica a aplicaciones de la mecánica computacional a la ingeniería. Alejandro Arvía es autor de más de 700 trabajos científicos relacionados con la físico-química.
Estas son personas, que a través de su actividad influenciaron a la humanidad. Recibirán una mención, y está bueno que así sea, pero estamos seguros, que ellos no lo hacen por la mención. Ellos eligieron tras – ascender a la humanidad. De eso se trata de que cada acción que realicemos, pueda elevar un poquito más en la vida, a aquellos que nos rodean. No necesariamente, recibiremos un premio a nivel mundial, pero si seremos de influencia en el espacio que nos toca vivir.
Donde este momento te encuentre dales un aplauso a Alejandro Arvía, Alberto Boveris, Daniel Cardinali, María Teresa Dova, Sergio Idelsohn, José María Paruelo, Angel Plastino y Patricia Tissera. Ellos hacen una mejor sociedad, para tus hijos y tus nietos, ellos hoy están influenciando a las generaciones venideras ¿Qué honor, no?
De esto se trata. Que placer da enterarse de estas noticias, que tanto bien le hacen a nuestra tierra. Son productos nuestros, salidos de nuestra sociedad. ¿Vieron que no todo está perdido?
Fundación Alas de Águila