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La UBA premió a los alumnos que más se esfuerzan para estudiar. Viajan unas tres horas hasta la facultad o deben ocuparse de sus hijos y, sin embargo, tienen un promedio impecable.
Esa es la noticia del día. 
Ellos son y es necesario nombrarlos porque si no quedarán como los anónimos. Cintia Romero (23) que vive en Glew, viaja casi 3 horas –colectivo, tren, colectivo– que termina en la Facultad de Medicina. Verónica Miranda Tito (20), que tiene 8,50 de promedio y ya va por el tercer año de Bioquímica en la UBA. el viaje es desde Paso del Rey. Netali Lambert (25), tiene una hija de 5 años y, además, por la tarde trabaja, el año que viene se recibirá de psicóloga y tiene un promedio de 8,23.
Hay jóvenes que están cambiando la historia, su historia y seguramente estas futuras médicas, bioquímicas o psicólogas van a cambiar su entorno.
Nosotros desde Alas de Águila, creemos en jóvenes así como los descritos; jóvenes que se esfuerzan, que sueñan, que dan todo de sí; que aprovechan las oportunidades.

Y de eso queremos hablar. Las oportunidades son circunstancias que se presentan en la vida y está en nosotros tomarlas o dejarlas pasar.
Podríamos ver a la oportunidad como un tren que pasa cerca de nuestra vida.

El lugar como el tiempo es fundamental. No puedo tomar el tren que no pase por mi vida o buscar tomarlo después. Tampoco debo subestimar al tiempo. El tren pasa a una hora exacta y debo estar preparado para subirme.

Hay veces (muy pocas) que el tren pasa varias veces por la vida;  en mi inocencia e inconsciencia hasta puedo darme el lujo de decir “En el próximo viaje me subo”, pero eso no es algo que nosotros podamos manejar. Solo DIOS sabe cuántas veces manda a pasar el tren por mi vida.
¿Ahora qué debo hacer para que no se me pase el tren de mi vida?
Debo estar atento, alerta, concentrado, haciendo lo que tengo que hacer y entonces de una manera sobrenatural, la oportunidad llegará a mi vida. Debo enfocarme en hacer aun cuando me parezca poco, porque en algún momento llegará eso que deseo y ahí si parecerá mucho, pero depende de lo que yo haga con lo poco, para ser puesto en mucho.
No debo escuchar otras voces. ¿Cómo reconozco que voces me están hablando? Es fácil, las voces que me desenfocan de mi propósito, las voces que me distraen, las voces que después de escucharlas me doy cuenta que me ensuciaron los oídos, esas voces son a las cuales no les tengo que dar lugar? 
Tener visión es parte de ese compendio de circunstancias que ayudan a aprovechar las oportunidades, pues si yo sé hacia donde voy, si sé lo que quiero, entonces todo, todo, todo lo que haga será orientado a esa visión.
Cuando tengo clara mi visión – ojo que puedo ver a donde está el horizonte, (visión completa) o puedo ver a la mitad del camino (visión mediata); entonces solo entonces sabré si son oportunidades o distracciones.
Volviendo al principio, estos tres estudiantes, vieron la oportunidad y la aprovecharon y hubo ojos invisibles que vieron sus promedios, sus situaciones familiares y decidieron ayudarlos. En ellos está ahora aprovechar esa oportunidad.
Las oportunidades tienen y no tienen que ver con la edad. A menor edad más oportunidades a mayor edad menos, pero siguen existiendo y está en vos, en Ud. aprovecharla.
Fundación Alas de Águila