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LOS RIOS DE LA VIDAHoy hablamos de cómo caminas por estos tiempos que te toca vivir.

La vida es un camino que nos lleva a tomar muchas decisiones. Si tomamos buenas decisiones todo el tiempo, entonces estaremos en presencia de una persona con buen carácter, entendiendo por carácter las condiciones de una persona para ante distintas circunstancias optar por determinaciones maduras. No hablamos del buen carácter cuando una persona es afable, o de un mal carácter cuando la persona es arisca o huraña. Una persona con carácter es una persona equilibrada, madura que no tiene miedo, que posee respeto, que observa todas las posibilidades antes de determinarse por algo, y siempre, siempre, siempre, toma la mejor decisión para ella como para su entorno.

Conseguir tener un carácter no es nada fácil. Hay que cruzar muchos ríos para ello.  ¿Sabías que el cruzar ríos te deposita en otro nivel? El pueblo hebreo por ejemplo, salió del desierto y tuvo que cruzar el Jordán para obtener una tierra donde abundaba todo. Pero para llegar a ese punto primero tuvo que decidirse a cruzar ese río. No es fácil llegar a esa decisión. Uno cuando comienza a cruzar un río, no sabe la profundidad que le mismo puede tener, debe luchar contra la corriente propia del río, que trata de llevarnos a otro lugar muy diferente al que nosotros queremos alcanzar. La vida te pone ríos a cada paso y está en vos poder cruzarlos, en ser esa ser que pueda contarle a sus generaciones que pudo cruzar un río, porque cruzar un río te deposita en otro nivel y ese nivel no solo es para tu vida, sino también para tus generaciones. Hay muchas personas que cruzan ríos. Está aquel que vence una enfermedad como el cáncer, pues ese cáncer es el río que tiene que cruzar, otros cruzan ríos de cambios de casa, de escuela, de trabajo que no son fáciles pero que cuando termina de hacerlo lo deposita en otro estadio.  Los ríos tienen que ver con cambiarte tu historia, no tu esencia, porque desde tu esencia vas a poder cruzarlos.

Los ríos como el fuego te van purificando, te van limpiando y eso hace que cuando salís a la orilla, otra es tu situación, otro es el ámbito donde te vas a instalar, donde vas a comenzar a administrar lo que se te ha dado.

La reflexión final tiene que ver con cuantos ríos estás dispuesto a cruzar. Eso conlleva esfuerzo, valentía, ganas, pasión, una clara motivación, hacerlo en orden y con disciplina, entendiendo  que los ríos te maduran, te dan otra visión, no solo de tu vida, sino de la vida.

Esperamos que cuando ríos se presente en tu vida, sepas que del otro lado de la orilla hay tesoros para recoger y puedas tener el suficiente coraje para cruzar.

Que así sea.

Fundación Alas de Águila