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Esta es una reacción que se genera en el alma y que afecta principalmente al cuerpo. Se genera un cambio en las hormonas, la adrenalina, presión arterial, la frecuencia cardíaca, y eso se exterioriza, porque la persona que se enoja, se contractura, en muchos casos se pone colorada, etc.

En cuanto a los cambios en el alma, gente que se enoja con asiduidad, puede caer en la depresión, la angustia, la ansiedad, y sobretodo la intolerancia, que ese es el factor preponderante en este traumático sentimiento.

El enojo establece un gobierno sobre el alma a partir de situaciones que la persona no puede controlar.

Cuando el enojo termina morando en el corazón del hombre, entonces estamos ante una situación límite, porque entonces será el timonel de nuestra vida y nos llevará sin preguntarnos si queremos o no, por situaciones complejas con nuestros pares.

En la persona que está enojada parecería generarse un halo magnético, pues inmediatamente, mas tarde que temprano, comenzarán a unírsele personas que también carecen de dominio propio.

Cuando una persona está enojada es muy difícil que pueda dominar su boca. Lo común es que a mayor enojo, mayor cantidad y mala calidad de palabras se expulsen desde la boca. El enojo es la llave principal que abre la puerta para decir cosas malas. Así como el relámpago es lo primero que percibimos y después escuchamos el trueno, así es el enojo con la acción y la palabra. El que sale primero es el enojo, pero inmediatamente detrás viene la acción junto a la palabra y todos juntos atropellan la realidad.

Algunas estrategias que pueden servir ante el enojo.

  • Alguien dijo “Ser fuerte no es vencer a tu enemigo, sino controlarse cuando llega el enojo”.  Esa es una premisa que podes llevar contigo todos los días de tu vida y te va a ayudar cuando el enojo se presente.
  • Decídete a rechazar el enojo porque la pregunta es… ¿Sirve de algo enojarse? ¿Se puede volver el tiempo atrás? ¿Se puede modificar en algo lo que me hizo enojar?
  • Establecer una autoevaluación, eso te va a permitir bucear en vos mismo para saber qué y cuales cosas, circunstancias, personas o lo que sea, te generan el sentimiento de enojo.
  • Pedir minuto, como se dice en el básquet. Esto es cuando estoy enojado no debo tomar decisiones, es mejor parar todo y volver a empezar. Nadie que está enojado puede razonar, porque el enojo es un sentimiento muy fuerte que termina dominando a la razón, a la inteligencia.
  • Hacer una inspiración profunda. Ese será el código que tu enojo comenzará a conocer que es hora de huir de la escena. La inspiración relaja los músculos contracturados y oxigena absolutamente todos los pulmones, generando una situación de relax y una vuelta al estado normal de la presión sanguínea.
  • Ser acertivo, esto tiene que ver con madurez, con tener equilibrio para enfrentar las situaciones que haya que enfrentar pero desde la razón y no del corazón.
  • Escuchar. En un porcentaje superior al 80% si quienes se enojan se detuvieran a escuchar, primero no se enojarían y luego solucionarían el conflicto en un ámbito de paz.
  • No debemos suponer cosas. También hay un grado alto de error cuando alguien supone algo, y de esa suposición genera una teoría que termina siendo un postulado básicamente erróneo y alejado de la realidad.
  • Es importante identificar las soluciones. El problema ya está planteado, nosotros quisiéramos que esa situación no hubiera ocurrido, pero la realidad es que ya está entonces lo más sabio es buscar la solución. Cuanto más demoremos en buscarla más tiempo el enojo se establecerá.
  • Pedir perdón.  Es una decisión. La vida no se trata de “yo tengo razón o yo gane”. La vida es compartir, es juntos establecer nuevas propuestas, en síntesis la vida no tiene sentido sin el otro, entonces…  ¿no es mejor tener siempre a mano la actitud de pedir perdón, para no quebrar la armonía?
  • Debemos aceptar lo que no se puede cambiar. Esto puede ser una enfermedad, la pérdida de un ser querido, una situación traumática, etc. Decía una canción popular “lo que paso, paso…” y es así ya está. Eso solo sirve para sacar experiencia, pero la mirada debe estar puesta en el Horizonte, siempre.

Recordemos el Principio 90/10  de Stephen Covey. No podemos hacer nada con el 10% de las cosas que en la vida nos suceden pero sí está en nosotros la actitud que vamos a tomar con aquello que nos sucedió y eso es el 90% de nuestra vida.

Hoy la Argentina tiene una pandemia que son los Accidentes Cerebros Vasculares denominados comúnmente ACV ya que hay 80.000 casos por año de los cuales un tercio mueren. El ACV tiene su basamento en el stress y se produce generalmente por un enojo.

¿Qué vas a hacer con el enojo? Muchos que se enojaron terminaron con la vida de una persona y esto los llevó a terminar con sus propias vidas.

El equilibrio es lo correcto, cuando el espíritu gobierna el alma y este gobierna al cuerpo, entonces estamos en perfecto equilibrio, ahora cuando el alma gobierna mi ser entonces todo se desequilibra y el enojo tiene su puerta en el alma.

En vos está tomar una decisión.

Tomar buenas decisiones todo el tiempo te genera el carácter y eso trae equilibrio para ser agente de Paz, vivir en Amor, promover la Vida, hablar Verdad y establecer la Justicia.

Que así sea.