En nuestra tierra hemos vivido mucho tiempo en, de y por medio de la violencia y debemos aprender a vivir en paz.
Jujuy es una tierra donde habita la paz y hoy podemos expresar que va en paralelo con lo que establece el preámbulo de la Nación, cuando expresa. “… con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la PAZ interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el en el suelo argentino, invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”
Esta paz se consiguió por todos y cada uno de los jujeños que deseamos vivir en acuerdo.
La paz no es un estado… es una consecuencia. Hoy, nuestra provincia, levanta la bandera de la Paz, pero no debemos quedarnos solamente con eso. Hace ya un tiempo que la violencia como un virus, avanzó a distintos niveles de nuestra sociedad y desgraciadamente contagió la familia.
Existen muchas familias donde la Paz, lamentablemente no existe. Hay niños que son violentos, pero nos detengamos un minuto acá, esto que vive un niño es simplemente el reflejo de lo que expresan y muestran sus padres en el ¿hogar? Queda claro entonces, que el inconveniente está en los adultos. Nosotros somos los que debemos luchar contra la ira, el enojo, la queja.
Debemos y nos merecemos, como familias vivir en y por la Paz.
La Paz es el clamor del pueblo y la reconciliación de todas las cosas. Es tiempo de restaurar relaciones, afectos, incluso con aquellos en lo que podamos no estar de acuerdo, siempre y cuando no vayamos, en contra de los valores y principios.
La Paz es el resultado de estar y hacer lo correcto.
Fundación Alas de Águila
Por una Juventud con Valores
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