Para comenzar, está bueno recordar que somos seres creados en forma única, irrepetible, especial, original. No hay dos seres como vos. Somos diferentes, también tenemos capacidades diferentes.
Se denomina autismo al trastorno psicológico que se da por la intensa concentración de una persona en su mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con el mundo exterior.
Que concepto interesante. Si bien hemos escuchado como actuar ante este flagelo, quiero llevarte a que examinemos juntos nuestra vida. A veces, en nuestro diario vivir, ¿no tenemos esta característica de un autista? ¿No vamos por la vida concentrados en nosotros mismos y perdiendo contacto con el mundo exterior?
Somos seres sociables; ese es un principio eterno; nosotros necesitamos del otro, no podemos vivir aislados enfocados en nuestro propio yo.
Aunque no parezca muchas personas viven así y podríamos decir que este “autismo social” quita la visión, no deja ver el horizonte, sino que nos hace vernos el ombligo y así nos detenemos; no avanzamos. Terminamos recostándonos en nuestro mundo interior y nada importa más que nosotros mismos.
Esa es una actitud egoísta que no nos ayuda a conquistar nuestros sueños, ni siquiera podemos imaginarlos, nos roba la capacidad de proyectar… de pensar en un mañana.
Quien se aísla, comienza a vivir un mundo de fantasía, donde los hechos, los parámetros no son reales, están muy distorsionados y tienden a crear una atmósfera que nada tiene que ver con la realidad. Por ello este tipo de personas comienzan a creerse ese mundo irreal y eso hace que no se pueda compartir con otros y el aislamiento comienza a ser cada día más crónico.
Eso dará paso a los trastornos obsesivos compulsivos, a las fobias y todo aquello que tenga que ver con el yoísmo.
El remedio a esta situación es compartir, ser solidario, buscar tiempos con amigos, generar vínculos, ser empático, extender la mano a quien lo necesita, porque sabes, ese que necesita, necesita menos que vos, porque tu necesidad de dar será mayor que la de aquel de recibir, pero al hacer esto entonces inmediatamente en vos, el dar se transformará en recibir y así una vez más se cumplirá el principio que establece que es muchísimo mejor dar que recibir, porque quien se dispone a dar, recibirá muchísimo más de lo que dio. Parece un trabalenguas pero es un principio y los principios en la vida se cumplen, quieras o no.
Comenzá a caminar, si todavía no lo haces, mirando al otro. Dejá de mirarte al espejo porque ya sabes que el único que se refleja sos vos, comenzá a mirar por el vidrio de tu ventana, y entonces verás que haya afuera, hay muchos que te esperan, que quieren conocerte y compartir, que anhelan ser tus futuros amigos, o conocidos. Que así sea.
Fundación Alas de Águila
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