Hoy en la sociedad son denominados así, para que ellos tengan un halo de respeto, porque en esta tierra a los mayores no se los respeta.
Un adulto mayor, es una persona sabia, no por lo que sabe acerca de Internet o de cómo bajar aplicaciones a un I-Phone, sino por lo que sabe y conoce de la vida. Pero vivimos en una sociedad donde los valores se han tergiversado entonces como una persona mayor no sabe de los avances tecnológicos, la sociedad los termina descartando.
Hoy en día la expectativa de vida es mucho mayor que antes, pero también es cierto que los ancianos en muchas ocasiones terminan siendo un estorbo para la casa. Como viven muchos años en los últimos tienen más complicaciones a nivel mental, físico, psíquico pero siguen ahí. Ello lleva a los hijos a tener que velar por ellos, como cuando ellos lo hicieron con sus hijos cuando eran bebes. Pero claro, la paciencia y aparentemente el amor no es el mismo. Los retos, los enojos, las diferencias comienzan a estar a la orden del día y ese sujeto a quien llamaban papá termina siendo un desconocido para el hijo, y hasta parece que se ensaña con sus caprichos, con mayor ahínco en los hijos que con los demás.
Las dos puntas de la vida, tienen unos lockers donde uno puede dejar a sus sentimientos. En esta punta de la vida aparecen las guarderías (lugar ideal para depositar a los niños cuando los mayores trabajan) y otros para la otra punta de la vida son los geriátricos (lugar ideal para depositar a los ancianos cuando los mayores trabajan).
Debemos replantearnos situaciones. Tenemos que honrar a nuestros mayores, porque si ellos no hubieran hecho el camino que hicieron, nosotros no hubiéramos arrancado de donde arrancamos, es más los que hoy son jóvenes, adolescentes, algún día van a llegar a ser mayores y quizá sufran lo mismo que hoy están haciendo sufrir a esta generación sabia para la vida, inútil para la tecnología. Pero sabes una cosa la vida se vive con sabiduría, no con aplicaciones, hashtags o @rrobas.
Es tiempo de reivindicar la vejez, sé que hay una persona mayor cerca tuyo, que hay un “dulce viejito” que puede ser tu abuelo, un vecino, un comerciante, alguien a quien puedas honrarlo con el saludo, con un “Buen día”, con pedirle que te cuente alguna anécdota de su juventud, y sobretodo que te dé un consejo para la vida. Eso sí, ármate de paciencia porque como hace mucho que nadie le pregunta acerca de la vida, por ahí se distrae, confunde o simplemente el recuerdo lo puede hacer brotar lágrimas. La tarea para esta semana es entonces buscar un sabio cerca de tu vida.
Gracias a DIOS hay muchos ancianos que nos pueden ayudar a transitar este camino duro, hermoso, a veces con sol otras nublado que es la vida.
Que así sea.
Fundación Alas de Águila
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