En estos tiempos de vivir a mil, la prensa no chequea si lo que se dice es cierto o no. Lo que importa es que se diga.
Lo triste es que los usuarios de ella no tienen como chequearla y muchas veces se piensa: “y si lo dicen los medios… debe ser cierto”.
Mucha información o data es sucia, mal intencionada, es tirada con segundas intenciones, aprovechándose de aquellos que tienen la misión de comunicar.
Es tiempo de que desde todos los ángulos la sociedad se vuelva a los valores. No se puede levantar una data sin profundizar. La velocidad con que este sistema nos lleva a vivir, hace que esto sea liviano, sin sustento.
Datos de suicidios, denuncias que no existen, números de asesinatos, etc., son literalmente mentiras que se tiran a los medios para obtener réditos propios.
Lo triste es que los medios compran el “pescado podrido” y terminan siendo cómplices de estas mentiras.
Hoy un medio que hable verdad se diferencia radicalmente de la mayoría y la gente confía en aquellos que expresan veracidad en sus expresiones y notas.
Hay que volver a los valores. Internet está atestado de medios amarillos que solo quieren títulos grandilocuentes sin observar que detrás de una noticia, hay personas, hay familias, hay niños.
El eco en las montañas recorre kilómetros y kilómetros, el eco en sí mismo, no es malo, lo que es malo es que el eco lleve una mentira, pero es muy bueno cuando lleva una verdad.
Una curiosidad, ¿sabías que el cuack del pato no produce eco?
Para que las mentiras suenen a cuack y no produzcan el efecto deseado.
Fundación Alas de Águila
Por una Juventud con Valores
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