Hoy vivimos muchas cosas que son como si fueran. Por ejemplo, muchas personas hoy actúan mal y el que muchos lo hagan, termina siendo normal, y eso este sistema lo vende como si fuera bueno y no es así.
Los usos, las costumbres, las tradiciones son elementos de la sociedad que en muchos casos es bueno, pues entonces se va estableciendo una cultura, pero en la mayoría de los casos es malo, porque se da lugar a cosas malas y al ser normal se transforman como buenas y vemos que vienen generaciones que finalmente a lo malo llaman bueno. Obviamente esto es un proceso que lleva tiempo que se solidifique.
Debemos volver a las fuentes y establecer una cultura la cuál este cimentada en valores y principios. No es fácil, en estos tiempos es nadar contra la corriente; es ir a contramano de lo “normal”.
Alguien dijo por allí que lo que cuesta vale, y vaya que lo creemos, porque vivir en un sistema de antivalores es muy difícil, pero no imposible. Sabemos que al ser costoso nos va a dar una valoración muy alta.
La pregunta que nace es: ¿Qué es vivir en principios y valores?
Un ejemplo puede ser vivir ese principio que establece que “lo que tiene valor, no tiene precio y lo que tiene precio, no tiene valor”.
Este es un principio muy sencillo, pero nos enseña mucho. Hoy muchas personas se corrompen porque tienen un precio y carecen de un valor, como lo es la honestidad.
Otro principio es la justicia y el antivalor es la venganza. Si las observarnos se parecen mucho, es más la usan de sinónimos, pero en esencia son diferentes. Existen muchas personas que expresan que esperan justicia, pero en realidad lo que buscan es venganza. La diferencia está dada en lo que mueve a la persona a buscar esa supuesta justicia. La justicia es un derecho que se establece, la venganza es una acción que me lleva a no poder pesar y valor la acción por la que me quiero vengar.
La venganza siempre es extrema, mientras que la justicia, por su misma acepción es justa.
A todo valor se le interpone un antivalor. Es como una imagen que se refleja en el espejo… aparentemente son iguales pero lo que se refleja es exactamente al revés del original.
Este sistema nos engaña mostrándonos antivalores como valores, y muchas veces nuestro corazón se suma a causas que nada tienen que ver con los valores y principios sino más bien con un esquema y una estructura de antivalores.
Debemos vivir los valores, no será fácil, pero si nos traerá mucha satisfacción y una madurez como sociedad. Qué así sea.
Fundación Alas de Águila
Por una Juventud con Valores
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