Cuantos hechos tristes se sucedieron en estos últimos días.
Monjas que no son monjas, pero lo peor de todo es que mintieron. Sean monjas o no, es un hecho menor, el tema en sí es que encubrieron a un ladrón, que le robó a un país. Raro este país en el que alguien se le ocurre hacer un convento con extremas medidas de seguridad para que vivan tres mujeres solas y un hombre, donde se hicieron criptas ¿criptas? para esconder dinero.
Mientras por años se dijo desde la cabeza del país que no había que tener dólares, incluso se establecieron leyes y decretos para que quien buscara tener dólares, fuera poco menos que un traidor a la patria y hoy nos enteramos que la hija de quien expresaba eso, tenía más de 4 millones de razones para ser traidora a la patria.
Lo cierto es que, en el caso de las monjas y el convento, ironía de la vida, todo salió a luz porque un tal Jesús denunció esos movimientos extraños a la policía. Algo que parece ser que era habitual, eso de ir y depositar en el cajero de la línea convento-link pero la verdad salió a la luz. Hace un tiempo que la verdad está saliendo a luz, porque llegó un nuevo tiempo a la Argentina y no se trata de cambios políticos, aunque también esto tiene que ver. Se trata de que eso que daba sustento a la mentira y hoy ya no está, porque ha llegado un nuevo sistema en el cual la verdad toma su lugar, en donde la paz viene como río a instalarse en nuestra tierra.
Argentina debe transformarse en un país en donde el amor fluya y no solo siga transformando a la propia Argentina, sino que también se extienda a las naciones. Duele ver como Francia es atacada por gente que levantando la supuesta bandera del amor establece atmósferas de odio, en donde el aroma a muerte es constante. No importa si hay niños, o gente que nada tiene que ver con pensamientos religiosos; el fundamentalismo es la razón de vida o de muerte. Es el odio por el odio mismo.
Turquía vive momentos de angustia y zozobra, por estas horas. Turcos contra turcos, a la distancia parece absurdo, no?
Venezuela vive tiempos extremos, muy extremos. La locura y la soberbia gobiernan por ahora, esta tierra rica y preciosa. Hay un cronómetro con cuenta regresiva que en estos días comenzó a correr. Falta poco… y veremos el cambio…
El mundo parece estar en punto de ebullición. Desde acá es nuestro deseo que nadie muera en estas circunstancias, la vida de nadie, ni el más canalla dictador merece ser quitada, porque solo uno tiene potestad de la vida y la muerte.
Levantamos el estandarte de la vida para todo el mundo. No queremos que el imperio de la muerte se lleve niños, ni jóvenes en estas circunstancias que nuestro planeta debe vivir. Amamos la vida, en ella está el futuro y el presente de nuestra tierra.
Así va a ser.
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