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A menudo los jóvenes de nuestra sociedad dicen que les falta comunicación con los padres, y tienen razón. ¿Cómo se van a comunicar si nunca están juntos? 

Esto quiere decir que carecen de horarios compartidos, de situaciones compartidas, de relaciones compartidas. 
Comer juntos alrededor de la mesa es un límite versus el comer cada uno cuándo y dónde quiera. 
Debes saberlo: los humanos inventaron los almuerzos y las cenas no para alimentarse e ingerir proteínas, calcio y carbohidratos, sino para… estar juntos. 
Si estamos juntos en una de ésas hablamos. Si hablamos, en una de ésas nos comunicamos. Incluso puede ser que discutamos. La discusión de un tema es sumamente comunicativa. Discusión (aunque no lo parezca) en un punto es comunicación.
Ahora, si cuando descansamos, vos pones Karina, Justin Bieber, Nene Malo, los Jonas Brothers, o Axel en tu celular y yo prendo la televisión para contaminarme con los programas de Tinelli o de los chimentos, se nos va hacer hiper-archi-ultra difícil no sólo disfrutar de lo que escuchamos, sino simplemente convivir. 
Eso es lo que compartimos. No las ideas, que cada cual tiene la suya. 
Pero para discutirlas entre nosotros compartimos una serie de modales, y esos son los límites. 
Vivir es vivir con otros. A tal efecto son indispensables los límites. ¿Viste la película El Náufrago? Mientras estuvo solo vivió sin límites, eso fue hasta que apareció Wilson. Aunque este personaje era mudo e inanimado, al  darle identidad Tom Hanks, él mismo se limitó; porque vuelvo a decirte: aunque no hablaba, Tom Hanks le consultaba y se limitaba.

Un papá le dijo a su hijo, un domingo, entre empanada y empanada: 

—Que pongas los pies sobre la mesa, hijo, no está prohibido por el código civil, ni te va a venir a buscar la policía, o nos van a multar… pero es la mesa en la que todos nosotros comemos y compartimos. Entonces… baja los pies, está claro, ¿entendiste?
Educar es señalizar el camino y el camino, se hace al andar. 
Para nosotros, los padres, es un privilegio divino educarte. A vos te corresponde crecer. Quizás estás disconforme con tus padres. Pero estar disconforme es pensar, es plantearse una alternativa, y eso ayuda a crecer. Y cuando crezcas, cuando alcances niveles superiores de conciencia y de saber, podrás incluso decidir si esos límites serán los tuyos, o si te propones rebelarte contra ellos y modificarlos. Rebelarse es oponerse a un sistema de límites, y elegir otro en su lugar. 
Domus en latín, significaba hogar, la vida compartida. Hogar es también del latín fogar, relativo al fuego. Ese fuego que se enciende en días fríos y alrededor del cual nos sentamos para compartirlo. ¿Sentiste cuando esos días de invierno, llegas a tu casa y alguien hizo un guiso o una sopa sustanciosa, y la casa tiene un aroma particular? Bueno eso es hogar. Muchos hoy viven en casas; pocos en hogares.
Como final te dejo esta realidad, la leí el otro día y me pareció una gran verdad. Le preguntan a una ancianita sobre su matrimonio: “¿Cómo se las arreglaron para estar juntos 53 años?” a lo que ella contestó: “Nacimos en una época en que si algo se rompía, se arreglaba, no se lo tiraba a la basura”