loader image

El Principito se encontró con el zorro y quiso jugar con él.

«—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—. No estoy domesticado.»
El Principito le preguntó qué era eso de estar domesticado.
«—Es una cosa demasiado olvidada —dijo el zorro—. Significa ‘crear lazos’.»
«—¿Crear lazos?»
«—Sí —dijo el zorro—. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo…»
Esta es la lección del zorro. Está bueno, pensar en ella. Ser amigos es crear lazos. Lazo es lo que nos une. Lazo es una dependencia entre nosotros. A través de la convivencia uno se domestica, se hace cercano al otro, y de ese modo el otro se le vuelve necesario. Si no, el otro es uno entre tantos. Para que sea algo relativo a mí, tiene que ser distinto, pero enlazado conmigo, y a través de ese lazo.
Al casamiento, la popular le dice «enlace».
Escucha lo que dice el zorro:
«—Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música.»
Ser amigos es tener algo en común. Tener algo en común no es, por ejemplo, tener los mismos gustos o amar la misma música o que nos gusten las mismas comidas. Eso es pura coincidencia.
Común es lo que construimos juntos. Escuchaste bien “construimos juntos” son nuestros lazos, es el mundo que no es ni tuyo ni mío, sino de los dos. Eso me une a vos. Crecer juntos. Entonces uno no hace lo que le da la gana, sino que limita el propio deseo de «tengo ganas» y lo cambia por «¿qué es lo mejor para vos y para mí o sea para nosotros?».
Límites, limitarse dentro de los lazos y domesticarse unos con otros, si es que queremos querernos, claro está.
Claro que, sigue explicando el zorro, para domesticar, que es convivir, para conocer, es decir, hacer algo en conjunto, para ello se necesita tiempo.
«—Sólo se conocen las cosas que se domestican —dijo el zorro—. La sociedad en su conjunto, ya no tiene tiempo de conocer nada, por lo tanto es muy difícil domesticar y domesticarse.
Compran cosas hechas a los vendedores, pero como no existen vendedores de amigos, el ser humano ya no tienen amigos. Las redes sociales en sus links, dicen amigos. ¡Cuánta diferencia hay entre contacto, conocido, compañero y amigo! Ellos saltean todas las fases y directamente te establecen como amigo.¡ Qué triste y lejos de la realidad!.
Si queres un amigo, ¡domestícame!»
El Principito está ansioso por tener un amigo, por domesticar, domesticarse. Le pregunta al zorro cómo se hace.
El zorro le enseña:
«—Hay que ser muy paciente —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí; así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca…»
No es hablando que se tiene amigos. Atención a la filosofía de la lengua: Se HACEN amigos…
No basta con sentir que me caes bien. Debo hacerte, hacerme, debemos hacernos amigos. Es un trabajo, es un mundo que a medida que lo construimos, lo compartimos; y eso nos comunica.
Es conviviendo. De lejos, y un poquito, cada vez más, de cerca. Mirándose.
Es acercándonos el uno al otro y viceversa para trazarnos un lazo, una relación, una mutua dependencia.
Elegir una novia, elegir un amigo, elegir tener hijos, es elegir un lazo, una dependencia. No podemos elegir a los padres, de ellos mientras somos niños somos dependientes y en nuestros primeros años, tenemos una dependencia total.
Nadie puede decidir qué emoción se va a centrar en tu pecho. Pero cuando lo pones en acción, cuando decides a partir de ahí establecer una relación, eliges el lazo, el límite, la dependencia.
Invertís en ello tu libertad.
La libertad es para elegir, aunque parezca incoherente la libertad bien usada te genera lazos y la mal usada te genera esclavitud.
Fundación Alas de Águila