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Hoy 30 de septiembre, llega a su fin la tradicional Fiesta de los Estudiantes en su edición número 61.
Muchos jóvenes pasaron por esta provincia, se deslumbraron con la belleza de las reinas, con el colorido de las carrozas, con el ambiente estudiantil que se vive en cada esquina de nuestra capital.
Ver las carrozas, es un canto al esfuerzo y al trabajo en equipo. A veces pienso que a través de la organización de la construcción de la carroza se puede generar tantas cosas. Es un ámbito donde se aplican muchas materias que se dan en la secundaria, pero que para los chicos, aclaro que yo también fui adolescente, y siguen siendo las mismas materias y contenidos de hace más de 60 años, y los distintos gobiernos cambian las formas, pero nadie se atreve a cambiar y aggiornar el fondo de la cuestión. Volviendo a las carrozas, en ellas está la práctica de la Contabilidad, se ejerce liderazgo, se genera el tan mentado trabajo en equipo, otra que coaching ontológico, la carroza es el mejor ejemplo que cuando los jóvenes quieren… se puede.
El viernes fue la elección Reina de los Estudiantes, dentro de un marco espectacular, donde nuevamente Jujuy es generador de buenas noticias. Un detalle a solucionar, las autoridades (quienes se supone deben dar el ejemplo) llegaron 50 minutos después de la hora de inicio del programa oficial, por lo que el espectáculo se demoro una hora. Sí, ya sé que ellos, los funcionarios, hacen desde el gobierno el aporte económico, necesario para que esta Fiesta se pueda realizar, pero un poquito de protocolo, no vendría nada mal.

Pero volvamos a la elección, 23 bellezas de distintos puntos del país, se dieron cita en Jujuy, faltó una que a último momento con el pasaje en mano, decidió no viajar. Que va a hacer, se la perdió y en estas cosas el tren solo pasa una vez en la vida.
Párrafo aparte para el Congreso de la Juventud. Abrió el Congreso en cuestión, el historiador postmoderno de la Argentina el Sr. Felipe Pigna. Un aplauso para el Ente que hizo gestiones para que este hombre estuviera por nuestras tierras. Como decía Clemente, “un cacho de cultura”.
En uno de los talleres, la Fundación Alas de Águila hizo su bautismo de fuego a nivel nacional, ya que le tocó disertar ante más de setenta chicos de distintas provincias de nuestra patria, de nuestra nación.
Finalmente este sábado los jóvenes de la Fundación, desfilaron ya no con sus carrozas de la época de estudiantes, sino con una inmensa bandera argentina y una bandera blanca y negra que expresaba “No más Violencia – Un mensaje de Dios”. Emocionó hasta las lágrimas cuando esta bandera parecía que la inflaban desde abajo y el mensaje podía leerse desde el cielo. Estos jóvenes van a cambiar este mundo sumido en los antivalores. Ellos son las luces que dispersos parecen tenues, pero que juntos comienzan a iluminar por donde caminan y empiezan a poner luz en medio de la oscuridad, y como la oscuridad no existe, ya que oscuridad es ausencia de luz, ellos son la luz. Ellos van resplandeciendo y contagiando a otros que dispersos se comienzan a acercar a esta fuente de luz. Creemos en ellos y nos alegramos por ellos y por las generaciones venideras. Con jóvenes así esto va a cambiar. Por un Jujuy distinto, por una Argentina diferente.
Fundación Alas de Águila