En nuestra sociedad es muy común escuchar mentiras, como moneda corriente. Miente la balanza del almacén; miente el padre que le hace decir a su hijo que no está cuando lo busca una persona que no quiere atender; miente el INDEC; miente la educación, cuando pasan alumnos de curso que no están capacitados para hacerlo; miente el que llega tarde a su trabajo, poniendo la más insólita excusa; miente el gordito que dice que este lunes comienza la dieta; miente el juez a través de una sentencia, para no exponer a otros; miente el gobernante que dice que su provincia está mejor que cuando él la recibió; mienten los legisladores cuando votan leyes que no quieren votar desde sus convicciones pero son monetariamente presionados; mienten los que dicen que no les alcanza para comer y en diciembre saquearon plasmas de las casas de electrodomésticos; miente el hombre que engaña a su esposa; miente la mujer que no es fiel a su esposo; miente el adolescente que falsifica la firma de su padre en el boletín de calificaciones; miente la empresa que dice que un producto pesa 1kg. cuando en realidad pesa 970 grs.; mienten las empresas de celulares con sus famosas promociones; mienten aquellos padres que ocultan a sus hijos la verdad; mienten aquellos hijos que ocultan a sus padres la verdad; mienten los números de talles de los pantalones de las jovencitas; mienten aquellos que dicen medias verdades, porque esas en realidad, son mentiras enteras; mienten aquellos que manejan las encuestas para favorecer o perjudicar a un tercero; miente el médico cuando nos hace ir una y otra vez, para apropiarse de varias órdenes; mienten la gente de” La Salada” y de las ferias, cuando venden ropa de baja calidad usurpando marcas; mienten los bancos cuando dan préstamos a una supuesta tasa baja, pero a costosos gastos administrativos que nunca informan…
Miente, miente, miente que algo queda. Eso lo creo Medion de Larisa, consejero de Alejandro Magno, pero quien la popularizó y la adoptó para sí, fue Joseph Goebbels, ministro de gobierno de la Alemania de Hitler, ¡atención!
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