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Hoy comenzamos con una pregunta… ¿Cómo me veo yo?
Muchos de nosotros caminamos la vida con una coraza llamada orgullo.
No es fácil para muchos subsistir en este sistema perverso y egoísta. Muchos en nuestro país dicen… “estoy orgulloso de mi hijo, estoy orgulloso de lo que hicimos…”.
Ahora, ¿es esto correcto?
El orgullo se podría graficar en un par de anteojos espejados, pero con los espejos hacia adentro, hacia el lado de los ojos.
Todo lo que hago se ve reflejado en mí. No tengo ojos para nadie más que para mí. “Solo vivo para mí…” decía la canción.
Lo triste es que si soy orgulloso, eso me va dejando solo, porque nadie lo hace como yo, nadie es mejor que yo.
Sabes que alguien dijo, que el orgullo trae destrucción, que la soberbia atrae la caída. Sabías que después del orgullo viene la violencia (cualquier hecho con la realidad NO es pura coincidencia).
No es poco este tema del orgullo. Escuchaste como dicen por ahí… “el orgullo del jugador argentino”, miralo al Diego…
¿Qué es lo que pones primero en tu escala de valores? Si es a vos, hummm estás en problemas, sabes ¿porque? Porque siempre, siempre, siempre vas a denostar a los demás y tarde o temprano los demás se van a alejar de vos.
No es fácil corregir a un orgulloso, porque ¿quien le pone el cascabel al gato, no? ¿Quién se va a atrever a corregir a alguien que cree que sabe todo y es casi perfecto?
Cuando creemos que estamos firmes en algo, es mejor ver que no nos vamos a caer… porque la humillación es muy grande y el que es humillado es porque es orgulloso, nada quiere perder.
Hay que ser sencillos, humildes. No se trata de pobreza, sino de humildad. Ojo no son sinónimos. La humildad te permite incorporar a tu vida la empatía… ¿La que?
Empatía, significa ponerme en el lugar del otro. Dice un poema para graficar lo que es empatía.
Te voy a prestar mis zapatos
para que camines con ellos,
así sabrás donde duelen
los pasos que caminar no quiero.
No es largo el camino
que la vida me tiene asignado,
camina en él, si no quieres a mi lado,
cuida de no pisar los espinos.
Si el polvo mancha su color,
no te preocupes que ya se ensuciaron,
no dejes que el peso que llevaron
sin una sola queja se convierta en tu dolor.
Pasos sobre la tierra, pasos en la vida
sin un destino más allá del día a día.
Calzando los zapatos de la melodía,
sangrante los dedos por sus heridas.
Camina con mis zapatos y al final
sabrás cuánto he caminado,
solitario, sin un guía o callado
que me libraran de todo mal…
Entonces si tenés empatía, entonces será que podes ver desde otro lugar las cosas, incluso las tuyas. Si tenes empatía entonces podrás trabajar en equipo, si tenés empatía, podes entender el dolor del otro, sus limitaciones, y podrás ponderar sus virtudes. Entonces, solo entonces, podrás dar de lo que tenés para los otros, porque tus ojos estarán puestos en el próximo, en el prójimo, en el que está a tu lado. Allí los anteojos serán transparentes, con el aumento de las gafas, solo para poder ver a tu alrededor, para poder ver la necesidad, al que está alrededor.
Dejemos el orgullo, ese que solo se mira asimismo, busquemos la humildad como habitantes de esta tierra. Si Argentina se humillara, vería el rostro de la Luz y entonces todos nos volveríamos de nuestros malos caminos y entonces saldríamos de la oscuridad en que la vivimos y nuestra hermosa tierra sería sanada.
Es nuestro deseo, hablamos bien de vos Argentina…
Fundación Alas de Águila