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Llegó el tiempo de sembrar y de cosechar al mismo tiempo. La semilla es buena, siempre es buena porque tiene el ADN original, el ADN que establece que esa semilla dentro de ella tiene un determinado fruto, que la sociedad comerá y disfrutará.

En este espacio no nos gusta hablar de lo malo, pero hoy vamos a hacer una referencia para de allí ir a lo bueno.

Lo que ocurrió en Olavarría, fue muy duro, para aquellos que soñamos con una sociedad transformada por jóvenes. Claro, después que pasa el tiempo y las cosas salen a la luz, nos damos con la novedad que este ¿Sr.? Carlos Alberto Solari, llegó y se fue en su jet privado, sin importarle siquiera las familias de los fallecidos. La historia cuenta que los distintos municipios lo fueron raleando a éste personaje, porque antes, durante y después del recital, dejaban un tendal de malas praxis, los jóvenes y adolescentes que invadían el lugar de turno. Sus letras hablan de rebeldía, de ir contra el sistema, pero siempre en forma violenta. Que llamativo que el primer fallecido por este tipo de recitales, haya sido un tal Walter Bulacio y el sábado pasado fuera Juan Francisco Bulacio, parece que con uno comenzó y con otro finalizó esta triste historia.

Ahora hacemos foco en los jóvenes. Horas atrás cantaban en contra de los militares y después, militares les daban de comer, los alojaron en el regimiento y los trasladaron. También cantaban contra la policía y después muchos decían que faltaba seguridad. Les robaron a los pobladores de Olavarría cuando muchos de ellos fueron alojados y alimentados por los habitantes de esta ciudad. La incoherencia de manifiesto, en el accionar de los jóvenes. Estos jóvenes idolatran a este personaje de 68 años, quien tiene la incoherencia en cada acción, que vende un mensaje de igualdad y de comunes pero vive como un diferente y explota a estos jóvenes que están en formación y se supone, se supone, que este casi septuagenario, a esa edad y con la llegada que tiene hacia ellos, tendría que orientarlos para que vivan mejor, para que encuentren su identidad, pero no, lo mejor es tenerlos en un éxtasis absurdo y con el pie pisándoles las neuronas, para que ellos no se den cuenta que los arrían como ganado, que no les brindan seguridad, que no tienen lo mínimo indispensable y de esa manera este personaje obtiene un redito económico impresionante y sin mucho esfuerzo.

Pero ya se te acabó. Hasta acá llegó esta ambición desmedida sin importar los jóvenes.

No puedo decirle indio, porque los indios, nuestros aborígenes tienen el concepto de solidaridad, de comunidad y este personaje está muy lejos, de esos valores.

Jóvenes busquen modelos de personas que los lleve a más, a desarrollar sus potencialidades, que les sostengan y profundicen sus convicciones.

Uds. son importantes para nuestra tierra, porque Uds. son nuestra tierra, en Uds. queremos depositar los valores y principios, para que hagan de esta Argentina un lugar donde valga la pena vivir, donde se respete al ser humano, donde aquellos que quieren tras-descender a nuestra juventud, estén en el ostracismo, sentados viendo cómo se consumen en vida reduciéndose a nada.

Jóvenes los amamos y queremos hacer la parte que nos toca, porque creemos en Uds., porque avanzamos hacia el Horizonte, donde el Cielo se une con la Tierra y en ese andar, vamos sembrando valores y principios a uno y a otro lado de la carretera. Por una Juventud con Valores

 Fundación Alas de Águila