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La palabra satisfacción significa etimológicamente: satis (Bastante, suficiente); facere (hacer), más sufijo ción (acción y efecto); mientras que frustración deviene de frustrare (equivocado, estar engañado, tergiversar).

En nuestra nación hay un índice de 14,20 c/100.000 suicidios por año, mientras que existe un 8,84 c/100.000 homicidios anuales.

La frustración es un elemento fundamental en cuanto alguien toma la determinación de dar corte a su vida.

Evidentemente vivimos en una Nación de mucha frustración, entendiendo que es un sentimiento desagradable que se produce cuando las expectativas, no se ven satisfechas al no poder alcanzar lo que se pretende. Y no solo lo vemos en lo que a suicidios se refiere sino también a la cantidad de personas que tienen asistencia psicológica por este tema, según las estadísticas referentes a esta patología.

Entonces el foco que debemos poner es en las expectativas, de allí deviene que quizá nos ponemos varas muy altas, que llegado el momento no podemos saltar.

Nos metamos un poquito en esta habitación. ¿Cómo son tus expectativas?, ¿te trazas metas inmediatas, mediatas y a largo plazo?; ¿Tenés calculado el tiempo que te va a llevar alcanzarlas?; ¿Sabes cuantos recursos deberás disponer para conseguirlas?

Quizá cuando nos planteamos las expectativas no tenemos en cuenta este tipo de análisis, que son muy valiosos para no sentirnos frustrados cuando las cosas no salen como las planeamos. Esto se llama… “tener un plan”.

También algo que es sumamente importante es generar evaluaciones a medida que vamos alcanzando los distintos tipos de metas, porque la evaluación nos va a permitir ubicarnos en donde estamos parados, si hicimos bien los cálculos, si hay algo por modificar.

Muy interesante… Anhelamos una Nación que transforme su frustración en satisfacción. Una Nación satisfecha, verá reducida sus tazas de suicidios, de homicidios, de trastornos psíquicos, de dolores en el alma.

Así será.

Fundación Alas de Águila
Por una Juventud con Valores